domingo, octubre 15, 2006

reflexión

Si cada uno pudiese escribir una autobiografía fidedigna, ¿qué resultaría? ¿Y a quién le importaría? ¿Y podríamos sacar algo en conclusión, aparte de esa sensación de extrañeza, o incertidumbre, que nos produce la vida?

PIO MOA

viernes, octubre 06, 2006

Después de muchos territorios
y mucho océano sacudido
viene un viejo aire sonoro
a la sierra de Gata.
Atrás dejó, varada en otro puerto,
en otro roquerito
el viento que se fue de tantos sitios.
Pero cae del cielo,
reuniéndose con otros olores,
a tierra,
allí cerca del cielo.
Se desata,
cae duramente,
haciendo ríos violentos
y haciendo geografías rabiosas.
Se reparte mágicamente
haciendo germinar
el brezo, la jara, el tomillo,
el romero, las escobas,
Hay tanta luz
-venida Dios sabe donde-
cayendo,
inundando
el latido del musgo derramado.
Hay tanta luz
-con otros territorios-
precipitándose,
anegando,
los pastos de las alturas.
Y allí en la sierra de Gata
entre tantos pedregales
asomados
entre tantas calvas
blancas,
entre tantos metales,
mudos
entre tanta semillas
estallando
entre tantas raíces
desatadas
desandan esas cabras locas
y solitarias
las distancias de piedras y maderas.
Y allí en la sierra de Gata
como si la mano de Dios
los hubiera dejado caer
desde lo mas alto de la cima
duermen en sus laderas pueblos
con nombres limpios:
Cilleros y Villamiel,
Perales y Trevejo,
Cadalso y Torrecilla,
Descargamaría, Hoyos...
Pueblos llenos de artesanos,
pacientes
de manos milenarias
de artesanos pacientes.

Estos son unos de sus frutos
En ellos encontraras a las raíces
y a las criaturas.
a la Tierra
y a las personas.
de un paraíso
tan extenso como la Tierra
con todos sus ríos.

Oda al higo de Extremadura

De las peñas de Levante
a la sierra de Gorreo
se extiende un territorio
dilatado,
arrinconado
y marginal,
donde el tiempo se estrelló
astillando las piedras
y haciendo la felicidad plana
como sus hermosos canchales.

De allí vengo...

Allí el Arrago con sus aguas
serpentea hasta perderse
entre las ramas de los últimos olivos,
como también se desliza y se confunde
el olvido tras las brumas del anochecer.

De allí vengo...

Allí el viento el Sol y el agua,
en sus destinos errantes,
se detiene
y examinan la quietud,
-No hay memoria a la que acudir,
durante siglos todo es igual-

De allí vengo, del golpe,
del instante eterno,
de la creación que se eleva,
con sabor a cobre y a olivo antiguo
a caliza y pino eterno,
hasta llegar, como lenguas sedientas
al azul o al gris ceniciento
de este cielo alto y lejano.

De allí vengo, de unas manos
consumidas y quemadas,
-que de tanto arañar
la tierra la abrieron-
de un amanecer de Agosto,
de detrás del chirrido de un portalón,
que para mi se abrió por última vez.
Allí suspendido, en la aurora,
y en el silencio
alguien me sorprendió
rompiendo
los hilos que me mantenían
y me reunió con otros hermanos.

Allí en una entretenida y blanca charla
atravesé la tierra que el Tralgas,
en las noches de verano,
también me delimitaba.



Con amor maternal,algunos de nosotros
llegamos a una tierra

que le decian Cazulilla
y en una mesa,ancha y festiva
alguien me asió acariciandome...