(Y el amor fue el origen y el señor del mundo, pero
todos sus caminos están llenos de flores y sangre, flores y sangre. KNUT HAMSUN, Victoria)
Él
La memoria no
es una debilidad, no puede serlo, o por lo menos no a mi edad. La memoria es
curiosa; Retiene cosas que no valen ni un suspiro en el momento en que se les
evocan. Ahora ya se que cualquier instante por pequeño que sea puede referir la
historia de las cosas. La historia de momentos en los que he sido feliz…
Las luces de la calle están encendidas, pero aún no ha
oscurecido del todo. El cielo está cubierto de nubes, amarillentas, que amenazan
tormenta y que le prestan al atardecer un color de herrumbre, De la bahía sopla
un viento cálido, cargado de todos los perfumes del océano, que se cuelan por entre
los visillos de la ventana a medio cerrar. Con esas relumbras sobre la pared, se
esboza un movimiento acuático que se mece
al compás del ritmo de la música que va
llenando el aire.
Escucho el redoblado caer del agua en la ducha, solo
entrecortado por el chapoteo en su piel, que se me antoja erizada. Siento unos
tremendos deseos de notar su húmedo frescor sobre mi piel. Veo un ligero vapor
salir del cuarto y puedo distinguir su
figura moviéndose detrás de la mampara transparente de la ducha. Me quedo mirándola
por unos segundos. El agua cae en su cabello mientras ella lo acaricia, con su
cabeza ligeramente inclinada hacia atrás. Que hermosa es.
Reímos y nos besamos cuando entré. Se dio la vuelta y se apoyo sobre mi cuerpo y así,
cuerpo contra cuerpo, nos relajamos. Sus senos quedaron por debajo de mis
brazos mientras el agua se llevaba las preocupaciones del día. Mis caderas
sobre las suyas y mis manos recorriendo su figura mientras sentía su
respiración acelerarse. Más tarde Pasé mi mano sobre su cabello y la deje caer
lentamente mientras la acariciaba en suaves círculos provocando que
se fuera abriendo, poco a poco. Me llenaba cada vez más de ella.
La luz del ocaso
fue apresada por una mata de retama que crecía junto a la ventana. Olía a
yerbas y a algas del roquerío, a brisa
nocturna en sus hombros
¿Podría recordar más tarde ese olor? ,
……………………………………………
Ella
Hay olores al margen del tiempo.
Ya sabes lo delicada que es la memoria.
Tomará prestado los últimos fragmentos mientras el recuerdo se vaya y haga más
pequeño los andenes y ya no pueda ver la estación. Solamente el Sol bailando
por entre los techos cobrizos
Unas caricias suaves y ya el pene se
yergue, aumenta de tamaño e irradia calor
Me reclino sobre su pecho y cierro los ojos
sintiendo su aliento húmedo y cálido Que con movimientos fluidos, va bajando
desde mi cuello por el pecho y el vientre, hasta el muslo y después sube un
poco y vuelve a bajar decidido… Entre los muslos. Luego sus labios, su
lengua…Muero mientras él se rompe en un
sonido como de animal agónico, un jadeo enajenado y desesperado. Se aferra a mis piernas y separándolas, me penetra.
Arremete cada vez más ávido y cada vez con
mayor furia, resbalo hacia atrás, él me coge de los brazos y cierro los
ojos…
Recuerdo ahora sus manos ariscas, delicadas
sus dedos feroces, brutales y exigentes recorriendo mi piel, secando cada
centímetro
El sol se va poniendo y dejando tras de si una luz alargada y fría.
La noche trasforma la cantidad infinita del
azul del océano en unos pocos
tonos ocres, densos y apiñados que pintan el aire de melancolía. De fuera viene
una húmeda ráfaga de aire salino trayendo olor de adioses apretados. De los
marcos de las ventanas se desprende
pintura blanca cuarteada.