domingo, abril 20, 2014


Leonid Afremov 

(Y el amor fue el origen y el señor del mundo, pero todos sus caminos están llenos de flores y sangre, flores y sangre. KNUT HAMSUN, Victoria)

Él

La  memoria no es una debilidad, no puede serlo, o por lo menos no a mi edad. La memoria es curiosa; Retiene cosas que no valen ni un suspiro en el momento en que se les evocan. Ahora ya se que cualquier instante por pequeño que sea puede referir la historia de las cosas. La historia de momentos en los que he sido feliz…
Las luces de la calle están encendidas, pero aún no ha oscurecido del todo. El cielo está cubierto de nubes, amarillentas, que amenazan tormenta y que le prestan al atardecer un color de herrumbre, De la bahía sopla un viento cálido, cargado de todos los perfumes del océano, que se cuelan por entre los visillos de la ventana a medio cerrar. Con esas relumbras sobre la pared, se esboza  un movimiento acuático que se mece al compás  del ritmo de la música que va llenando el aire.
Escucho el redoblado caer del agua en la ducha, solo entrecortado por el chapoteo en su piel, que se me antoja erizada. Siento unos tremendos deseos de notar su húmedo frescor sobre mi piel. Veo un ligero vapor salir del cuarto y puedo distinguir  su figura moviéndose detrás de la mampara transparente de la ducha. Me quedo mirándola por unos segundos. El agua cae en su cabello mientras ella lo acaricia, con su cabeza ligeramente inclinada hacia atrás. Que hermosa es.
Reímos y nos besamos cuando entré. Se dio  la vuelta y se apoyo sobre mi cuerpo y así, cuerpo contra cuerpo, nos relajamos. Sus senos quedaron por debajo de mis brazos mientras el agua se llevaba las preocupaciones del día. Mis caderas sobre las suyas y mis manos recorriendo su figura mientras sentía su respiración acelerarse. Más tarde Pasé mi mano sobre su cabello y la deje caer lentamente  mientras la  acariciaba en suaves círculos provocando que se fuera abriendo, poco a poco. Me llenaba cada vez más de ella.
La luz del ocaso  fue apresada por una mata de retama que crecía junto a la ventana. Olía a yerbas y a algas  del roquerío, a brisa nocturna en sus hombros
¿Podría recordar más tarde ese olor? ,

……………………………………………
Ella
Hay olores al margen del tiempo.
Ya sabes lo delicada que es la memoria. Tomará prestado los últimos fragmentos mientras el recuerdo se vaya y haga más pequeño los andenes y ya no pueda ver la estación. Solamente el Sol bailando por entre  los techos cobrizos 
Unas caricias suaves y ya el pene se yergue, aumenta de tamaño e irradia calor
Me reclino sobre su pecho y cierro los ojos sintiendo su aliento húmedo y cálido Que con movimientos fluidos, va bajando desde mi cuello por el pecho y el vientre, hasta el muslo y después sube un poco y vuelve a bajar decidido… Entre los muslos. Luego sus labios, su lengua…Muero mientras él se rompe  en un sonido como de animal agónico, un jadeo enajenado y desesperado. Se aferra  a mis piernas y separándolas, me penetra. Arremete cada vez más ávido y cada vez con  mayor furia, resbalo hacia atrás, él me coge de los brazos y cierro los ojos…
Recuerdo ahora sus manos ariscas, delicadas sus dedos feroces, brutales y exigentes recorriendo mi piel, secando cada centímetro

El sol se va poniendo  y dejando tras de si una luz alargada y fría. La noche trasforma la cantidad infinita del  azul del océano en unos  pocos tonos ocres, densos y apiñados que pintan el aire de melancolía. De fuera viene una húmeda ráfaga de aire salino  trayendo olor de adioses apretados. De los marcos de las ventanas  se desprende pintura blanca cuarteada.