viernes, mayo 25, 2007

La Conversación Pendiente

Es como un bodegón de acuarelas
de un atardecer ya avanzado,
cuando los rayos del sol atraviesan
las cortinas de encajes
y las sombras difuminan la habitación.
Estamos sentados y bebemos nuestro café,
apoltronados en nuestra indiferencia,
como las conchas sobre la playa.
Puedes oír el rugido del océano
en la conversación pendiente,
y los lamentos superficiales
son las fronteras de nuestras vidas.

Tú lees tu Emily Dickinson
y yo mi Robert Frost,
y señalamos las páginas con marcadores
que miden lo que hemos perdido.
Como un poema pobremente escrito,
somos versos sin ritmo,
pareados que no riman,
en un compás entrecortado.
Y la conversacion pendiente
y los lamentos superficiales
son las fronteras de nuestras vidas.

Sí, hablamos de cosas que importan,
con las palabras que deben decirse:
"¿Merece la pena el psicoanálisis?"
"¿Está el teatro realmente muerto?"
La habitación se ha desdibujado suavemente
y sólo beso su sombra.
No puedo sentir su mano:
ahora es una extraña para mí,
perdida en una conversación pendiente
y los lamentos superficiales
son las fronteras de nuestras vidas.
P.Simon 1966

caramba cuantos años