viernes, septiembre 29, 2006

oda al gazpacho

Como una mano abierta,
mas ancha que la Tierra
con todos sus ríos,
se despliega en el océano
los frutos venidos de la huerta.
Como el agua de un río sonoro
corre el vinagre
por entre los pedregales rojos
de tomates.
El pimiento, recién llegado,
entrega sus secretos, verdes,
y va aumentando el tesoro.
Entonces cae la lluvia amarilla
del otoño,
cantando sencillamente
y distribuyéndose.
Se corona de oro el misterio.
El pepino viene andando.
Solitariamente
se desenfunda de los amargos zapatos,
que como espina
estropean su hermosura,
y se sumerge tan blanco como es.
La sal blanca,
venida Dios sabe de donde,
cae confundiéndose.
Apagando su pequeño ruido están los ajos.
Hermanos gemelos que juegan con el pan.

Todo parece dormir.
Hasta que una ola de un madero del bosque
los agita largamente,
se juntan,
se interrogan,
se ligan con hilos invisibles.

Así las raíces
oscuras y escondidas
podrán salir bailando
la fragancia
y el velo verde del verano.

Lo hacía por tu amor

Era un día caluroso,
El cielo estaba azul
Y la playa llena de gente.
Yo había ido a verte
Y nos besamos.
Ahora se que todo eso
Lo hacia por tu amor.

La habitación estaba mustia
Y las cañerías viejas.
Con todo es calor
Solo pudimos beber agua
Que ni siquiera estaba fría.
Y Ahora se que todo eso
Lo hacia por tu amor

Descubrí una vieja pensión
Junto a una vieja tienda de cacharrería
Y alquilé esta habitación
Que con el paso del tiempo
Los colores se han comido
Y a pesar de eso, hicimos el amor
En una litera.
Y Ahora se que todo eso
Lo hacia por tu amor

Los viajes en las tardes de julio,
Cuando mas calor hace.
El norte y el sur de Chipiona.
Todo esto es un disparate
Pero Ahora se que todo eso
Lo hacia por tu amor

Canción del aniversario:

Después de tanto tiempo
Como el que ha pasado
Aun puedo ver a los niños
Jugando en la playa
Con sus palas en la arena.
Ellos van a por más agua
Para mantener sus castillos.
Quizás nosotros no fuimos
Por demasiada agua,
Pero eso ahora no importa.
Aun puedo ver las conchas
Cayendo por sus manos
O persiguiéndose
Alrededor de una duna
Mientras nosotros seguíamos
El rastro de una nubecilla.
Aun puedo recordar
Que por las noches
Bebíamos ron mallorquín
Mientras los niños se acostaban.
Cuando ellos se dormían
Nos hacíamos el amor.
Por las mañanas la cama
Se llenaba de niños...
De esto que te hablo,
Tú sabes mejor que yo,
Que han pasado
Al menos catorce años.
Ahora los niños son mayores
Y han olvidado hacer castillos,
A ti no te gusta bañarte
Y yo cada día envejezco más
Y aunque trato de disimularlo
Ya tengo canas en la barba.