jueves, marzo 29, 2012

Se hizo el silencio

Max Liebermann  


Me apoyé en el tronco oscuro de un castaño inclinado y volví a cerrar los ojos y volví a oler la tarde.Tenía el aroma de las certezas indestructibles. Poco a poco, del pozo negro de la memoria fue emergiendo un recuerdo
Oprimido por la amargura de mis pensamientos comencé a comprender que las cosas que una vez habíamos disfrutado se habían quedado atrás. Que me afanaba para zurcir los pequeños desgarros de un lienzo consumido y hecho jirones. Algo así como arrimar a la antigua pintura, en que se había convertido nuestra vida, los colores imposibles de ahora.
En ninguna otra tarde de la historia del mundo se había llenado ninguna habitación de tantos puntos cardinales, pero era solo una manera como cualquier otra para olvidar. Era como si quisiera esconder esa tarde tan triste en un solitario descampado deshabitado y dejarla ahí para siempre y que esto fuera el resto de mi vida.
No queda ya nada para atestiguar la realidad de lo que habíamos sido. De quiénes habíamos sido Me estremezco de pronto y el aire murmura…
Le sonreí y ella enredó un mechón de pelo en su dedo. El sonido de la lluvia era cada vez más intenso, más gris y más triste. El vino rojo se movía en mi copa y en el aire volaba una tristeza teñida de amor quizás, quizás desamor…Guardé entre los pliegues de mi alma el momento. Algunos recuerdos nos acercan, a veces demasiado, a las lágrimas.
Me cogió de la mano mientras me miraba. Contemplé sus ojos moteados de verde y supe en ese instante que la amaría y mentiría el resto de mi vida. Y entonces bailamos mientras el dulce aroma de la dama de noche y el jazmín inundaba la oscuridad del atardecer que tenia el color de la miel de tomillo. Me vino a la memoria el perfume el romero, el tomillo y la hierbabuena. De la fruta madura y tibia que de pequeño comía entre mordiscos en las tardes de verano
Se hizo el silencio en la habitación. Mientras, la luz procedente, Dios sabe de donde, parpadeaba, difuminada, sobre las paredes y el techo teñido de penumbras.Se hizo el silencio en la habitación y se hizo el silencio en mi alma

Pero el fuego está vivo. Y puedes estar horas contemplándolo y no ver jamás una llama parecida a otra. Da luz, calor y una oleada de dulces y nostálgicos recuerdos al amparo del olor a madera quemada.