miércoles, diciembre 08, 2010

Porque ocho meses de silencios son muchos y porque la lluvia de esta tarde me entristece el alma

Miguel A. Beltran S. lluvia en venezia
Cuando somos frágiles nos resquebrajamos como las hojas secas que se entremezcla con el aroma de la resina del pinar y el viento nos lleva de aquí para allá, golpeándonos con los salientes, sin un asidero donde sentarnos a llorar.


Cuando somos desdichados pintamos las palabras con silencios que pudren el alma

Cuando somos débiles nos rompemos en mil pedazos como una copa fina, lisa y transparente que alberga un buen vino y nos perdemos en mil rincones y bajo los sillones y aparadores donde nadie le da por mirar. Entonces desde allí contemplamos al mundo que con nosotros, destrozados, gira sin miramientos.

Mi vida, ahora, en nada se parece a la casa de mi infancia; Entonces había oportunidades de que alguien pudiera entrar por la puerta, en cualquier momento Ahora ya se que no hay ninguna posibilidad, que se ha esfumado el espíritu mismo de la casa.

Ya comienza a caer el ocaso y las sombras se alargan proyectadas en la pared…

Sólo era eso, sólo eso para esta tarde de ocho de diciembre y ahora la luz se difumina y desaparece...