jueves, noviembre 29, 2007

Da pereza

Da pereza en estos días sentarse ante el ordenador y teclear sobre el folio, virtual y en blanco, las cosas que queremos significar: si en nuestra vida no ha pasado nada digno de mención, si no es el saludo afectuoso de los amigos, de paso a casa, desde la barra de un bar, incitándote a tomar una copa de vino, con ademanes que te hacen imposible rechazarla. Cuando te haces con un pedacito de la barra, las voces están cada vez más elevadas y las risas más estridentes. Sin quererlo y sin saberlo, al mirar el reloj, este grita que ya es tarde para llegar y el tiempo de las despedidas se hace sempiterno y uno acaba yéndose como de puntillas y un poco avergonzado.
No son dignos de mención los paseos, que por salud, mas que por gusto, realizo todas las tardes, buscando nuevas rutas que me sorprendan y llenen de sensaciones la obligación que me impuso el médico. Esas tardes llenas de callejuelas (antes con aroma a azar, ahora con olor a humedad y naranjas recias) que se doblan difíciles y desaparecen a cada tres pasos tan silenciosamente que ni advierto el sonido de mis zapatos en el frío y húmedo adoquín. Esos callejones, donde en primavera jugaban los niños y en verano se resguardaban en la desacostumbrada sombra que proyectaban los viejos edificios, ahora, cuando la lluvia, veo correr a los traviesos chiquillos sin paraguas ni protección y los veo de las manos de sus padres tan bien abrigados que ni las caras se les advierten, con sus manos hurgando en los bolsillos en busca de que sé yo.

. Esas plazas con los viejos al sol leyendo el periódico, charlando o mirando furtivamente las piernas de alguna criada que está fumándose un cigarrillo y que con el rabillo del ojo irresponsable busca al niño que se perdió tras la pelota o con el triciclo. Ya no hay militares que la ronden como antes, bueno es que ya no hay soldados calientes por las plazas y jardines de Sevilla. Y las criadas ya no son las que vinieron de los pueblos con esos delantales blancos y limpios. Aquellas que tan cristianamente se persignaban cuando se las sobaban. Ahora ya no hay Isabel, Petra, Carmen, Lucia, Tata y tantos otros nombres allegados a nuestros recuerdos… Ahora abundan las Jennifers, las Julis , las Desis, las Vanes, las… Todas con móviles, todas con vaqueros, cuando noes con ese horrendo uniforme que es el chándal.
No es digno de mención el sentarse en la mesa bien cubierto por las faldas de camilla y el brasero bien caliente, después de venir de la calle con la nariz roja y los ojos lagrimosos por un viento helado. Sentarse y poco a poco coger el libro y recordar donde estabas la última vez. y cómo se llamaba el Medici viejo o el pobre poeta que fue vilmente asesinado en esa conjura sanguinaria de abril. Pasar tus dedos, ya calentados, por el lomo y adivinar las letras que forman el nombre de “La sangre de Abril” Y abrirlo por esas góndolas venecianas que es el separador, ya plastificado (siempre me gustó decir y escribir Bookends),que de principio me traen el calor y el asombro de un agosto de hace ya tanto tiempo en esas lagunas tan lejanas ahora.
No es digno de mención contarles como enrollo el trozo de tapa de cerdo que salí a comprar con este frió, donde Antonio (que me contó que su mujer estaba ya mejor de lo suyo- nunca he sabido que es lo suyo pero debió ser peligrosísimo porque él nunca cierra y durante varios días lo hizo-), suavemente, y como si de llover se tratara, le espolvoreo la pimienta, que al ser blanca y caer desde el armatoste tan alto junto con la sal, parece que nevara sobre la carne. Me gusta refregarla por toda la piel con mis manos y notar las distintas texturas que suavemente acaricio. La deposito con delicadeza sobre la sartén ya caliente con unas cucharaditas de aceite. Espero perseverantemente a que se dore y la confío a una fuente, custodiándola con un poco de manteca y trozos de piña que distribuyo cuidadosamente alrededor de la cinta. Entonces me sirvo un buen Alfonso en el catavinos de mi amigo Ricardo Martín (gran escritor, que me hace protagonista de sus libros). Rebusco por la despensa algo que poder comer y con una liturgia aprendida de mi abuela comienzo a seccionar un buen lomo que traje de Extremadura el pasado fin de semana. Y cuando han pasado unos veinte minutos comparto el Alfonso con la carne. Ahora voy en busca del queso de cabra. (Si Word, ese que es no me dejas escribir bien y que por allí le llaman torta del Casar) que voy untando en tostaditas que meto en el horno, al lado de la bandeja y eso me sirve para darle vueltas y marear la carne mientras van pasando los minutos y su suma es de sesenta. Entonces lo saco y agradezco ese calor que desprende el horno al abrir.
Mimosamente lo encajo en el plato, contorneándolo de trozos de piña y cereza confitadas, que adelantadamente mi hija ha estado asiendo a hurtadillas. Llamar a mis hijos para que se sienten en la mesa para comer el fruto de mi Alfonso, no es digno de mención, pero a mi me llena mucho.
…No hay mucho que contar últimamente que sea digno de mención, pero es que los días pasan sin mucha pretensión y desde los altavoces sólo salen notas tristemente nostalgiosas (ya se que no existe la palabra Word, pero es que a mi me gusta),que hace cada vez mas difícil mirar hacia delante y uno se aferra a lo cotidiano,a lo que hace día a día como el de hoy 30 de noviembre de 2007,final de un mes que pasa sin pena ni gloria en el calendario de mi vida.

lunes, noviembre 05, 2007

Esperarme

Hace unas semanas, rebuscando, en la librería de mi barrio, sobre los anaqueles y por encima de las mesas algún libro que me llamara desde el fondo de su territorio oscuro, me traje para casa “QUATTROCENTO” de Susana Fortes,
Leyendo la carátula comprendí que íbamos a tener un viaje corto en el tiempo. Y así fue.
Me lo bebí saboreando cada palabra.
Estaba muy bien escrito. Hacia tiempo que no leía tan buena literatura.
Pero no quería hablaros de su lenguaje tan vivo y tan sugestivo, tan descriptivo y tan presente, tan lleno de literatura. Queria hablaros del tema que trata, la conjura de abril contra el poder de los Médicis.
Ha sido tanto lo que me ha enganchado que desde entonces me voy tomando libro tras libros succionando todo lo que hay de la familia Médicis y quiero deciros que es una aventura fascinante que me quita tiempo para estar aquí, pero que pronto podré compartir con vosotros
Un abrazo

miércoles, octubre 24, 2007

palabras para un aniversario

aun no lo he acabado y necesito saber si está acabado o falta algo para antes del sabado que es cuando lo leeran los novios

A través de los siglos legiones de ciegos alquimistas, en la cerrazón más oscura de sus tinieblas y en la impenetrabilidad de sus fortificaciones buscaron la codiciada piedra filosofal, por medio de combinaciones o pócimas, que en la mayoría de los casos resultaron erróneas. Pero a pesar de todo el tiempo que ha pasado, ellos siguen tras sus muros afanándose por encontrarla, sin darse cuenta , quizás por la avaricia, o por la costumbre que los siglos suelen dar, que su alquimia ha descubierto otra gran piedra milenaria (como sus costumbres), es la combinación de la plata y el oro. Es la unión del hombre y de la mujer. Es la antigua combinación de Rosarium, la del sol que impregna a la luna para generar la piedra. Pero esta unión, sometida a los sentimientos que rigen nuestra conducta, posee una propia fuerza: El amor.
Este tiempo que ha pasado ha sido suficiente para que sepáis olvidar el tiempo de los malentendidos y el tiempo perdido. Para olvidar esas horas que matan, a veces, a golpes de porqués. Habéis sido felices por un beso que se bebe y también por ofreceros vuestros fecundos años a lo largo de esta larga estación
Pero seguro que habéis descubierto que:
El amor es radical. No existe termino medio entre el odio y el amor porque la indeferencia comparte el deprecio y eso no es propio del amor. No acepta pruebas porque es continuo, ni condiciones ya que es único.
Solo encontramos fuerza para conquistar y seguir conquistando. Poseer así como un sentimiento de ser poseído y conquistado a la vez.
Es agresivo porque es una fuerza que se dirige al descubrimiento de la otra persona y a realizar un objetivo: Ser feliz con su felicidad.
La expresión te amo significa un intenso deseo nacido desde la profundidad misma del ser que pugna por transformarse en acción, ternura, belleza, relación total humana; Sexual y espiritual.
En el amor podemos vivir nuestra promesa, sin ninguna otra riqueza más que creer siempre en ellas.
Mantener el amor supone un esfuerzo porque vamos cambiando: Crecemos, envejecemos y los días son a veces grises y las discusiones normales no es todo las experiencias de una vida en común
El amor crece como un vino suave y aterciopelado, amplio y aromático, profundo y sabroso. Y para mantener los genuinos aromas primarios del hollejo os fuisteis haciendo a la barrica y hasta tuvisteis vuestro despalillado separando los escobajos y raspones que adulteraban vuestra pasión, del buen mosto que había crecido en vuestras estaciones lluviosas y soleadas.
Con el corquete fuisteis vendimiando las uvas que crecieron de vuestra cepa. (Juanito, Patricia, Gonzalo) Habéis ido haciendo unas buenas duelas a base de comprensión y las habéis encajado en la barrica bordelesa de un roble bien trabajado. Allí están, ahora, creciendo con óptima constitución y buenas cantidades de color, cuerpo y alcohol y cuyo sabor persistirá aún después de vosotros, porque vida vuestra portaran….

domingo, septiembre 30, 2007

Lola

A tus veinte años, las promesas se quedan vacías y ya no te sostiene nadie, porque no entiendes sus palabras.

Lola, Lola Lola...
Pudiera ser... Que importa...
Que importa que pudiera ser.
A caso es alguien más que la flor
De veinte pétalos,
Que el poema de veinte versos blancos.

Lola, Lola, Lola...
¡Ay mi Lola que clavas
Veinte uñas afiladas
En mi alma vieja de caminos,
Que pones lirismo a esta edad mía
Con floritura de hermana mayor
Liberal y santa.

Y bajo la piel de los actos
Está mi Lola loca
Mi Lola genial
Ay ¡Lola de piel rosada
Que te basta con el dibujo
De tu nombre
Sobre los cristales que rompes

lunes, septiembre 10, 2007

Volví

Hace tiempo que vine del verano. Pase por el blog dispuesto a contar mi verano lleno de geografías y paisanos que lo han sazonado de acontecimientos, de hechos que el tiempo convertirá en leyendas no mas nos lleguen las primerizas lluvias de un otoño que se me antoja cercano y las iré desgranando (despacito, como no queriendo) alrededor de un buen vaso de vino.
Pero al pasar por el blog lo encontré triste, deshabitado, silencioso, lleno de tiempo traspapelado difícil de llenar con invocaciones de cómo nos precipitamos por la curva, violenta y turbulenta de la Liguria que nos hizo caer en los frescos sabores de La Toscana para subir después por la Emilia Romaña hasta los calurosos dejillos del Véneto.
Allí estaba, en el blog, lo que había dejado detenido por un mes; Ideas de una cosecha ya pasada, palabras, abarquilladas por el tiempo, fotografías, desteñidas por el instante. Tenía la memoria llena de sabores (Languedoc, Chianti, Montalcino, Montepulciano...) La retina colmada de ruinas de castillos, abadías y fortalezas de Duomo, campaniles y demás torres inclinadas. En los pies el polvo de tanta vereda trotada...
Era difícil volver otra vez a lo que se detuvo en el tiempo con esa fecha ya tan lejana.
Así que lo dejé y me fui.¡ Qué bien me acogió Oviedo y Avilés. Sus frías tardes y sus noches lluviosas... Pero volví pronto; El final ya había llegado. Y me enfrento hoy con este blog aparcado en el 21 de un Junio caluroso con el propósito de seguir escribiendo porque es la única forma de relacionarme con alguien que esté allí, lejos, pero a la vez, cerca
Volví

jueves, junio 21, 2007

Hoy hay poco de que hablar

Hoy no hay mucho que decir, los días pasan sin orgullo, como queriéndose caer deprisa.
Solo dejo unas palabras que deje escrita en http://lospecadosdelola.blogspot.com/ y que me gustan y que también quiero dejar en especial a Atenea



Que el camino, si se te hace largo, lo andes cantando, si se te hace pesado,
lo transites silbando. Que los amigos que dejaste, en el corazón, no te pesen porque mejores amigos encontraras en tu nuevo sendero. Que a la gente que encuentres le des lo mejor de ti. En cada mirada, en cada palabra. En cada sonrisa, en cada gesto. No olvides, que estas llena de una nueva vida.

jueves, junio 14, 2007

ya hace un tiempo, pero el viento del norte me ha traido tu perfume

Déjame navegar del norte al sur de tu cuerpo diminuto. Quiero ir a la fragua oscura de tus cabellos recogidos y beberme el vino oscuro de tus ojos. De esos ojos amplios y nocturnos que algún día me avistaran como el naufrago perdido en que me he convertido. Quiero morder tus labios desbocados y volver del fondo de tu boca, derrotado, junto a tus palabras. Al instante lamer lentamente el azahar de tu sonrisa.
Besar tus orejas para que el sonido quede fuera de los dos y se derrame haciendo eco en nuestro territorio de caminos oscuros.
Y atraco, en el puerto umbrío de tus mejillas, el barco desnudo de mis cinco dedos desplegado como las velas al viento furioso. Las miro, las toco, las beso, me repliego, como un abanico, y las vuelvo a descubrir, a acariciarlas a besarlas de nuevo con esa furia desbocada de animal salvaje en que me he transformado desde que me acosa la noche hambrienta. Por el rumbo de tu nariz crepuscular, encallan las cuatro aberturas de mis dedos infinitos abriendo y derramando los dedos de nuevo sobre tus pómulos y virando hacia la dulce cereza escondida de entre tus labios o el laberinto de amor que sugieren tus orejas
Y ahora bajo por la península estrecha de tu cuello montado en un buque de besos, haciendo bordadas pausadas por la costa invariable de tu pecho embrujado. Dejo que el viento del Norte guiñe el rumbo, placidamente, hacia la blanca espuma de la playa que son tus senos apretados y fondeo en ellos con un ansia brutal mi avariciosa sed de naufrago. Descerrajo la pasión orzando hacia tus exactos pezones de calderas rosadas y me pierdo en esa geografía apasionada. Voy bajando por tu vientre sigiloso, mientras el viento del sur trae aromas del negro olor de bosque inconcluso que se encuentra a jornadas de tu ombligo inacabado. Me detengo y lo circundo, palmo a palmo, con las velas ya hechas jirones. Mis manos de Tierra aprietan la tibia miel de tu breve cintura mientras el enjambre de mis besos pone rumbo, desatado, a tu ardiente copa de espiga de trigo.
La noche se adelgaza trémula y crece como una ola desmedida. La noche de Julio se detiene, orgullosa, como un agua feroz, como un barco roto Y como una gaviota hace círculos… Ahora te hago señales desde tus minúsculos dedos meridionales y tú sonríes a la noche oceánica que golpea en las ventanas, “Carne de greda inocente, cómo recuerdo tu piel. Tengo las manos untadas con la mansedumbre de tu desnudez…”

jueves, junio 07, 2007

carta a una desesperada

Me pides que le de publicidad a esta carta que te mandé hace ya unas semanas. La verdad es que no lo creo necesario. No tiene ningún valor, ni sentimental (sólo el que nos une y que es ajeno a los demás) ni de ningún tipo, pero como yo soy obediente lo hago solo para ti y en recuerdo de esas tardes en las que uno a uno exploramos los puestos de la rivera del sena buscando libros que jamás encontramos y que los dos lo sabíamos.
Sólo espero que recuerdes que la Tristeza es lo que se siente cuando los platos están muy rotos.
Querida Ana:
Nunca hay mucho que decir entre los momentos de nuestros juegos y verdades. Nunca hay mucho que leer entre las líneas de lo que necesitamos y de lo qué tomamos. Nunca hay mucho que hablar o que decir en voz alta, pero hay momentos en que debemos decirlo de todos modos. Sobre todo cuando los sueños se rompen y se deslizan de alguna manera lejos, de los días de fiesta del ayer.
Vivimos más allá de nuestros medios, en los sueños de la otra gente y eso está teniendo éxito. Entre las líneas de fotografías, vemos el pasado y eso es agradable y doloroso a la vez porque nunca hay mucho que hablar de lo que soñábamos. Estas viviendo una época de tu vida en la que te está dejando sin respuestas, quizás porque no las haya, quizás porque no te convengan o quizás porque no te convencen, simplemente. A veces la vida no es todo lo que soñábamos (ese tiempo reservado y entre líneas en la que se es sumamente feliz) entonces es cuando hay que volar
Hay agujeros en tus zapatos Hay agujeros en tus ropas Hay un agujero en tu corazón donde seguro que hay alguien Hay un agujero en tus labios donde besabas. Hay un agujero en el agujero y nada, ahora, te cabe Hay un agujero en ese desierto en que parece que se ha convertido tu vida. Parece que eres oculta y sorda y muda, pero solo parece… Fíjate, si tomáramos un albún de foto (eso lo haces tan a menudo como llorar)te sentirás con ganas de decir tantas cosas que pensaste en el tiempo de la fotografía y ahora es un tiempo en el que han cambiado los días y no sabemos el porqué y nos asusta. Las fotografías son como los sueños: a penas una memoria que se descolora rasgada por el tiempo. Somos las mismas personas pero cambiadas y o crecemos para arriba o moriremos en el recuerdo para abajo. Solo hay que elegir lo que queremos. Y viendo la soledad en la que hoy vives, y viendo ese país de las maravillas en donde las heridas no se curan, las paredes no hablan y los pasos no suenan hay que ir rompiendo los silencios, quemando las soledades y tirando los edificios en los que está construida tu vida. Ánimo Ana.ánimo, tu eres todos los caminos que quieras hacer y siempre estaremos contigo. Y recuerda que cuanto mas profundamente te ahogues más arriba iras.
Besos Pablo

jueves, mayo 31, 2007

31 de Mayo del 2007

Hoy acaba el mes, es el último día del mes de mayo, y ya se que es el último día que vivo en este mayo del 2007.
Se va como ha venido: sin orgullo. Como queriéndose caer de un calendario, ya sin sentido. Sin hacer ruido porque ya se sabe que mayo es silencioso.
Plantado, aquí en las 6:20 horas de este 31 de mayo de 2007 he mirado hacia atrás y hacia delante y la verdad es que no he visto gran cosa que me saque de mi tristeza.
A caso Mi vecino cerrando rápidamente la puerta del ascensor para que no coincidamos. Llevamos mas de quince años viviendo juntos y aún no se ha enterado que yo bajo andando porque a esa hora de la mañana no puedo soportar los olores de su colonia (que dicen que es tan varonil) y saludándome tan hipócritamente haciéndose el encontradizo cuando llegamos al portal. Es entrañable, a veces me dan ganas de tirarlo por la ventana, sobre todo cuando descubrí que me cortaba el cable de la antena parabólica, pero bueno eso es otra historia
Juan Luís acomoda la fruta en los cajones que ordena en la aceras y como siempre le saca lustre a las manzanas mientras canta suavemente esperando a sus primeros clientes. .El color de la calle estalla entre fragancias de fruta y verdura recién recogidas.
Coquetamente, el maniquí de la vieja corsetería, (aún no reconvertida en boutique por falta de descendencia de Paquita y Roberto), hoy mal vestida de encajes blancos y con unas pestañas largas me guiña un ojo, desde ese destierro al que le someten por pudor, que es detrás de los viejos estantes de las cintas de bordar
Pepe el quiosquero manteniendo la conversación en voz cada vez mas alta (interrumpida solamente por el saludo sin muchas ganas que me dedica mientras espera que saque el billete de la cartera para comprar el periódico) con el portero del edificio de enfrente sobre cuantos Abc o Mundo tiene para él. Es una conversación en la que siempre interviene Antonio el ciego de la ONCE que le manda los cupones. Siempre es la misma discusión; A Pepe no le gusta mezclar sus negocios de prensa con los juegos de azar. A esa hora de la mañana no tiene mucho humor y por eso no se ríe aunque la gente se empeña en contarle chistes sobre su equipo de fútbol.
El olor a flores recién cortadas impregna el callejón donde Araceli pinta de colores la mañana cuando abre su floristería y Antonio, como siempre compra la rosa a su madre. Es tan temprano para un hijo tan mayor.
El saludo puntual de Julio en las mañanas antes de entrar en el aparcamiento. Su mano levantada y la otra con el trapo limpiando las sillas mientras que con la mirada controla a los mismos clientes que dejan sus coches aparcados en doble fila
El portero del aparcamiento con el periódico abierto por cualquier parte recitándome las noticias rápidamente ¿Tan rápido como tarda el ascensor en llegar a la segunda planta? Para después descubrir que se las inventa para así facilitar los días.
Llegar al coche y comprobar que estoy hecho un hacha por lo bien que aparco entre la moto y el coche del vecino y que la moto solo ralle mi coche es de premio. Después de muchas maniobras y de una orquesta de pitidos (por el sensor de aparcamiento) consigo sacar los casi 5 metros de vehículo y entonces salgo del aparcamiento dirigiéndome a mi trabajo que está a unos 15 km de mi casa y donde Ricardo me espera impaciente con la pipa en la clandestinidad de mi despacho para comenzar el día
Luego la rutina de las clases desburrando a alumnos que parece no interesarle mucho la historia, pero que me dan vida para enfrentarme a su desgana continuamente con historias que la mayoría de las veces representamos en clase, como la batalla entre moros y cristianos (Ay perdón, por herir sensibilidades, ¡pero que carajo estoy en mi pagina)que hicimos el otro día invadiendo la clase de Eduardo que miraba atónito la invasión de su taller de tecnología, pero es que pasaba por allí el territorio a conquistar por mis huestes (después se quejó, con toda la razón, a la dirección)
A caso algunos niños jugando de paso para sus casas, parándose en la panadería e Isabel dándole un trozo de pan o una chuchearía como antes hacia Teresa (La dueña, a la que saludo efusivamente cada vez que la veo arrastrada en su silla de ruedas por la sudamericana de turno y esa cara de felicidad inmensa con la que me mira, desde su infarto).
El olor a adobos del Sancho de regreso a casa a la hora de almorzar
A caso el ver a Elena cuando entro en casa y sentir en mis labios los suyos tan llenos de amor y el roce en las cabezas de mis hijos antes de sentarnos a comer, sabiendo que hoy es el último 31 de mayo de 2007 de nuestras vidas.

martes, mayo 29, 2007

Canción del aniversario:

Después de tanto tiempo
Como el que ha pasado
Aun puedo ver a los niños
Jugando en la playa
Con sus palas en la arena.
Ellos van a por más agua
Para mantener sus castillos.
Quizás nosotros no fuimos
Por demasiada agua,
Pero eso ahora no importa.
Aun puedo ver las conchas
Cayendo por sus manos
O persiguiéndose
Alrededor de una duna
Mientras nosotros seguíamos
El rastro de una nubecilla.
Aun puedo recordar
Que por las noches
Bebíamos ron mallorquín
Mientras los niños se acostaban.
Cuando ellos se dormían
Nos hacíamos el amor.
Por las mañanas la cama
Se llenaba de niños...
De esto que te hablo,
Tú sabes mejor que yo,
Que han pasado
Al menos catorce años.
Ahora los niños son mayores
Y han olvidado hacer castillos,
A ti no te gusta bañarte
Y yo cada día envejezco más
Y aunque trato de disimularlo
Ya tengo canas en la barba.

viernes, mayo 25, 2007

La Conversación Pendiente

Es como un bodegón de acuarelas
de un atardecer ya avanzado,
cuando los rayos del sol atraviesan
las cortinas de encajes
y las sombras difuminan la habitación.
Estamos sentados y bebemos nuestro café,
apoltronados en nuestra indiferencia,
como las conchas sobre la playa.
Puedes oír el rugido del océano
en la conversación pendiente,
y los lamentos superficiales
son las fronteras de nuestras vidas.

Tú lees tu Emily Dickinson
y yo mi Robert Frost,
y señalamos las páginas con marcadores
que miden lo que hemos perdido.
Como un poema pobremente escrito,
somos versos sin ritmo,
pareados que no riman,
en un compás entrecortado.
Y la conversacion pendiente
y los lamentos superficiales
son las fronteras de nuestras vidas.

Sí, hablamos de cosas que importan,
con las palabras que deben decirse:
"¿Merece la pena el psicoanálisis?"
"¿Está el teatro realmente muerto?"
La habitación se ha desdibujado suavemente
y sólo beso su sombra.
No puedo sentir su mano:
ahora es una extraña para mí,
perdida en una conversación pendiente
y los lamentos superficiales
son las fronteras de nuestras vidas.
P.Simon 1966

caramba cuantos años

lunes, mayo 21, 2007

Pentimento

La antigua pintura al óleo, al correr del tiempo, en ocasiones, pasa a ser transparente. Cuando esto sucede, es posible, en algunos cuadros, ver los trazos originales: Aparecerá un árbol a través del vestido una mujer, un niño abre paso a un perro, un barco grande ya no se ve en un mar abierto. A esto se le llama “pentimento” porque el pintor se “arrepintió”, cambió de idea. Quizás también sea correcto decir que la primitiva concepción reemplazada por una preferencia posterior, es una manera de ver y luego ver una vez más.
Lilian Hellman (1905-1984),

martes, mayo 01, 2007

Llevo unos días...

Llevo unos días que ya no se como vivir. Miro a mí alrededor y solo veo a madres cruzando las calles, con sus hijos de las manos. A señores mayores que a duras penas caminan un trecho seguido, sin mucho interés, por el ecuatoriano de turno. A gorrillas ayudando, con gestos tan grandilocuente, como vacíos, a aparcar el coche en un lugar imposible.
El limpiabotas sigue lustrando los zapatos, con sus manos sucias por el betún, a la misma vez que encienden el cigarrillo con la colilla de otro que aun no han acabado. Mientras en la barra de esta cafetería dos conocidos fanfarronean de la noche anterior, (que a juzgar por sus ojos pasaron en la más triste de la soledad) a la vez que de soslayo un cura sin su cleriman, arquea los ojos, que levanta del periódico, que lee sin mucho interés.
En un acto reflejo todos miramos por la cristalera al oír los repetidos pitidos impacientes de un coche que quiere salir...
Y otra vez volvemos a la rutina...

Oigo canciones y se me derrumban las lágrimas, tristes, sin saber muy bien por qué, y no distingo las ternuras del alma, y cuando alguien me cuenta algo de relieve, no soy capaz de entender nada, como siempre hacía. Todo en mi es desinterés, indiferencia, despreocupación, abandono.
No debería venirme abajo, a veces me necesito, aunque sea para ver tu risa loca, volcándose en todo que nos rodea, para oler el azahar que en tu pelo se impregna, para tocar tu piel. Tu piel, que viaje...

lunes, abril 30, 2007

Canción de amor

Esta es mi suave canción
Este es mi pequeña suplica
Esta es mi dulce tonada
Este es mi canto para un ruego.

Mi guitarra no descansará
Y de pensar que te guste
Estaría toda la vida tocando
Y por eso me siento feliz

Presiento que te hará volver
Por eso te la voy a cantar
El hogar estará muy cerca
Pero vacío como mi mente

Yo te tocaré muy bajo
Casi susurrando (como historias de amor)
Mis dedos no se cansaran
Y tu volverás a casa

martes, abril 24, 2007

con tinta de la vida

...las servilletas de los bares, de cualquier color o tamaño, las esquinas de los libros, el ticket del cajero, los grandes anuncios en blanco y negro de los periódicos, en el borde de los paquetes de tabaco, las palmas de mis manos... manchadas de manera improvisada con la tinta de mi vida, con la tinta de tu vida... con historias y sueños y verbos conjugados y sin conjugar. Con fantasías inalcanzables. Con palabras de tus labios, con miradas que me hablan, con manos que acarician, con todos los nudos que aún me quedan en los brazos para abrazar... con todo lo que no he dicho... tanto misterio, tanta vida, tantos momentos, tantos recuerdos, tantos anhelos.
Aquello que esta dentro de mí, lo que no puedo definir, lo que no tiene palabras, lo indescriptible... y lo que me hace sentir, lo que quiero decir, lo que no puedo callar, lo que me impulsa a gritar, lo que me hace reír y lo que me hace llorar, lo que me inspira ternura... todo lo que puedo dar.

Con la tinta de la vida es con la que quiero manchar las servilletas de los bares, las esquinas de los libros, los ticket del cajero, la palma de mi mano...
Y que ni uno de mis pensamientos convertido en palabras, pronunciadas o sin pronunciar, vaguen perdidos sin un lugar que manchar…

lunes, abril 23, 2007

Mi misma calle, el mismo rio y otro yate atracado

domingo, abril 22, 2007

Mi calle, el rio y el barco que atraca

el sereno sonido del silencio

sábado, abril 21, 2007

A modo de protesta

¿Es que nadie va a dejarme un comentario sobre los poemas "te amé" y "brindo por el viento"?
¿es que no gustan?

miércoles, abril 18, 2007

Paris con mis alumnos

El crepúsculo tiene aroma de besos

martes, abril 17, 2007

te amé (es antiguo pero me gusta)

Te amé sin que yo lo notara
En geografías contrarias y regiones equivocadas,
En mediodías olvidados, y en noches derramadas,
En aromas de lluvias recién caídas
Te amé sin que yo lo notara.
Entre el viento y las estrellas quebradas
Entre mi silencio y el sereno sonido de tu risa
Entre nocturnas fronteras selladas
Te amé sin que yo lo notara

Y te amé sin que yo lo advirtiera,
Sin que lo distinguiera.
Viéndote sin buscarte
Y hablándote sin llamarte
Porque en el amor no valen los ojos cerrados
Porque en el amor no sirven los labios partidos
Entre copas de vino y mas vino, de risas y mas risas
Entre horas volcadas y consumidas
Mi vieja edad te reclama
Ahora que se que te ama.

brindo por el viento

Brindo por el viento,
Por todos los vientos.
Por los que tienen nombres de geografías
y por las sencillas brisas venidas,
de Dios sabe donde.
Por las locas ráfagas que hacen señales.
Atándose a las caricias.
Brindo, con mi copa transparente
Por todas las corrientes que desordenan tu pelo,
y lo recogen,
y lo mecen tras tu cara encendida
Me gustan tus manos, tus dedos oscuros
coronados por la nieve de tus uñas,
Cuando en el arrullo del viento,
tejen cada racimo de tu pelo
porque entonces cae de tu cara
la semilla de tu última risa

jueves, marzo 29, 2007

martes, marzo 13, 2007

miércoles, febrero 21, 2007

Pasaba por aquí

Me he sentado aquí enfrente de mis últimos cuarenta años, casi a la vera de mi última primavera, detrás de todos, sin signos que me identifiquen.
El viento seco cuartea las regiones de mi memoria y levanta en remolinos hojas secas en mi pensamiento...
A lo lejos ya veo brillar mis pantalones cortos...
Son los años peores los que por mucho empeño no se recuerdan. De ellos tan solo sabemos que están allí, que irremediablemente están allí, y que jamás vendrán del recuerdo. Solo se recuerda lo que se vive, la infancia no se vive, acaso se pasa por ella sin mucha ilusión que acumular; El recuerdo se duerme y más tarde desaparece, de un día para otro, quizás de una hora para otra. La vida así no hace mellas, no deja recuerdos, a lo sumo olores y sabores que por segundo nos lleva a correr entre manzanas o por la cocina de quien sabe que persona y uno no se esfuerza en más.
Tampoco se aferra a ella, significaría ahogarse bajo el peso de imágenes de palabras presumiblemente nunca vividas, presumiblemente nunca dichas (a nosotros no)....

jueves, febrero 08, 2007

despedidas

La tarde está abantona y gris. Huele a adioses doblados y melancólicos a despedidas inesperadas pero presentidas
No es el momento de contar historia de cuando éramos chicos y jugábamos con agua en las fuentes de los parques. O perseguíamos los tranvías de nuestras calles... O cuando el tiempo (ese tiempo lento de los niños antiguos) nos lo marcaba la sirena de la fábrica de vidrio de nuestro barrio (Además la vida caminaba, entonces, a paso lento). No es el momento de volver la vista a los ojos llenos de los colores de la película que acabábamos de ver, a media tarde, en el Lloréns, el Palacio Central, el Imperial o el Pathè. De correr por las cocinas de nuestras abuelas entre compotas de tomate y croquetas perseguido por una prima pecosa y muy cariñosa, mientras la tía, soltera y virgen nos ofrecía las tortas de aceite que comíamos dándoles la vuelta para que el último bocado fuera la almendra que tenían en el centro.
No es el momento de volver al ultramarino de Manolo (también ultramarinos evoca los puertos lejanos y los puertos tiene nostalgia de adioses) donde el jamón y el vino de la rioja estaban detrás del mostrador de mármol, mientras la tertulia de toros y fútbol, con sabor a bacalao rancio se esquinaban cerca de los sacos de harina y garbanzos. . De allí era el papel de envolver ilustrado con gallinas, para el Savoy que se tomaba la visita, de los sábados por la tarde, mojándolos en leche.....
No debe ser, este, un tiempo para los tristes crónicos, para los melancólicos inciertos. Es el instante de los tiempos acabados, de las despedidas, de a poco, a las cosas que antes nos sonreían, pero no nos hacían felices
Los años van subiendo los peldaños de la vida, tan deprisa, que esta se muestra lejana y difusa; Lo que se intuía como cierto, a veces resulta que no es más que un sueño. A esta edad, todo esto no es más que un juego de adivinanzas sin sentido.
No te vayas a despedir callado, y deshabitado
No descifres en el libro de los silencios porque la esperanza se hace muda y muerta
No digas adióses apagados...