domingo, noviembre 24, 2013

Mi casa

Cazulilla


Tantas líneas apretadas, tantas palabras cosidas unas a otras…

Mi infancia está toda aquí. Tengo fresco en la memoria  estos olores de la dama de noche y del jazmín, del dulzón  aroma del azahar. De la tierra húmeda con  las lluvias ocasionales de Agosto Mi infancia está en estos sabores de la fruta madura y tibia que sorbí entre mordiscos en las tardes de verano. De la  piel primeriza, que sobé tan  torpemente en los claros oscuros de los graneros. En la pipa aventada de la era.  En el sonido de la lluvia cada vez más intenso, más gris y más triste, cayendo por todas las besanas. En el zumbido de toda clase de insectos que revolotean en las tarde de julio y de octubre. En el chisporreteo de la madera prendiendo en la chimenea. En el viento que susurra entre los trigales y se marcha montado en un adiós En el rumor de las  aguas que atraviesan Cazulilla y que traen saludos de lejanas tierras
En los colores de un cielo que  empezaba  a teñirse  de tonos rosáceos y anaranjados cuando atardecía o gris y ceniciento cuando amanecía. En el verde  triste del otoño y en el color alazán de mi viejo Chinchorro trotando en la alameda.
De estos  materiales están zurcidos mis sueños
Son  como heridas escritas en los márgenes de mi historia. Lo vivido me ha dejado cicatrices, magulladuras, arañazos La vida no admite retornos
(P.D.)A lo mejor se me quedó  en las entrañas  briznas de felicidad. A lo mejor…