jueves, abril 16, 2009

Una extraña brisa comenzó a soplar entre mi amor y tú


Camille Pissarro autumn path through the woods 1876



























Le venían a la mente, por extraño que parezca, incluso detalles en los que él nunca antes había reparado; El intenso azul del cielo con esa nube larga y estrecha meciéndose en el aire. El olor a tierra seca. El color ocre de los campos calcinados por el sol. El ladrido de un perro a lo lejos y los cipreses en la cumbre de los cerros cercanos que parecían pequeños faros de vigilancia
La tarde caía despacio, el viento bajaba de las colinas cargado del perfume de las flores El silencio fluía entre ellos, raro e intimo. El sol que se filtraba entre las hojas de los árboles creaba pequeños juegos de sombras sobre su rostro, que la hacia irresistible
Se puso a reír. Cuando se reía inclinaba la cabeza ligeramente hacia atrás, mostrando una dentadura perfecta mientras arrugaba la nariz y aparecía un hoyuelo en la orilla de sus mejillas. Unas almendras dibujaban sus ojos oscuros. Era tremendamente hermosa
Apoyo sus manos, ahora nerviosas, y casi adolescentes sobre los hombros de ella.
Acarició lentamente sus cabellos, saboreando el gesto. Descendió por sus mejillas, rozó su cuello, alzó el pequeño rostro y clavó en el, los ojos, ahora, enormes, lleno de miedo y ternura. Cuando la besó le pareció que era la primera vez que besaba. ¡Qué poco tiempo necesita el amor para amar!

Cuando acabó su risa forzada se instaló un silencio cruel y difícil, que ella se empeño en ahuyentar por miedo a comprenderlo y se entregó resignada a sus caricias y besos mientras la tarde pasaba eternamente monótona, eternamente triste