lunes, marzo 20, 2017

Recuerdos de Tortuguero

Jean Pierre Bergoeing
De pronto el cielo se oscureció cubriéndose de nubes, y las primeras gotas tintinearon sobre las hojas.
No se acostumbraba a los aguaceros con los que el cielo envolvía, todas las tardes, Costa Rica y abrazaba apasionadamente Tortuguero. Parecía que el mundo se fuera a acabar.
Moví  la mano para acariciar su mejilla. Cuando lo estaba haciendo ella cerro los ojos y girando la cara la apoyo por completo sobre la palma de mi mano. Luego los abrió y me regaló una sonrisa. Sentí que mi boca se llenaba de salitre y de lágrimas.
Cuando consiga atravesar las fronteras invisibles del tiempo estaré con ella y con ese aire cobrizo de los atardeceres del eterno verano de Tortuguero